Quien me iba a decir a mi que, después de 25 años, iba a tener ahora la necesidad de expresar mis sentimientos nazarenos.
He tenido la gran suerte de pertenecer a una de las familias mas antiguas de la semana santa murciana, y a la vez de pertenecer y liderar uno de los tronos mas amados y envidiados (sanamente hablando) de toda la Semana Santa de Murcia.
Por si aun no te has dado cuenta de que trono estoy hablando querido lector, es el de La Oración en el Huerto de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de Murcia.
De aquel niño de 10 años que solo salía en procesión por el simple hecho de dar caramelos, al hombre que se llena de amor y satisfacción cada Viernes Santo cuando toca sacar a la "joya de Salzillo" a la calle.
En el transcurso de este tiempo, me ha tocado vivir momentos de alegría, pero también de mucha tristeza y amargura,como aquel Viernes Santo de 1995 que, debido a las normas establecidas ese año respecto a no poder salir hasta no haber cumplido los 18 años (yo los cumplía en agosto), me impidieron vestirme de morao. Gracias a los ánimos recibidos por los nazarenos veteranos, ya jubilados, y también al cariño recibido de los que salían, junto a mi padre y hermano, pude resistir aquella mañana de nefasto recuerdo para mi, aunque de alguna manera no me perdiera el recorrido, pues lo hice al completo, solo que por fuera del desfile. Por cierto que, nadie respetó la norma, solamente mi padre, el cual al terminar la procesión se quejo enérgicamente ante la Junta Particular por tal hecho.
No se si, por esta razón, o simplemente por merecimientos, ese año la junta de gobierno tuvo a bien galardonar a todos los integrantes del paso, con una distinción por su buen hacer y ejemplo en la procesión de aquel Viernes Santo.
Pues bien, estoy plenamente convencido que estos momentos tan amargos te hacen mucho mas fuerte y hacen que el sentimiento por tu cofradía, tu paso y tus hombres se estrechen mucho mas aun.
También este sentimiento se lo debo a las 6 generaciones familiares que me anteceden, pero en especial a la que me precede directamente. Si, mi padre, Pedro Zamora García, mi maestro, mi guía, sin él no sería ni el hombre, ni mucho menos el nazareno que soy hoy día. Si difícil fue para mí notar su ausencia el año que decidió no salir mas (2007), aún se me hace muy difícil imaginarme un Viernes Santo sin su compañía por fuera de la carrera dando ánimos a los grandes hombres que portamos La Oración. Gracias papa.
Por otro lado,"mis nazarenos". Sin ellos tampoco seria posible incrementar mi amor por mi cofradía y mi trono. Por amistad, pues en este trono todos los integrantes del mismo nos conocemos por nombres y apellidos, además hemos llegado a tener un trato familiar, sobre todo debido a las numerosas reuniones que al cabo del año tenemos, lo que ha permitido que el trato entre nosotros sea cada vez mas afectivo. Y también por el esfuerzo, sacrificio y entrega que compartimos durante todo el recorrido de esa mañana mágica de cada Viernes Santo. Gracias compañeros
Y por ultimo, no quiero olvidarme de mi hermano Pedro, mi cabo. Juntos formamos un gran equipo tanto en familia, como liderando a estos "superhombres" llamados Estantes de La Oración.
Todas estas palabras las llevo dentro desde hace tiempo. No soy hombre de expresar sentimientos pero estaba loco por gritarlas a los cuatro vientos, y que mejor manera de plasmarlo que en nuestra página web, para que todo el mundo sepa lo que siento en cada momento de mi vida con respecto a mis sentimientos nazarenos..
Gracias a todos por incrementar este sentimiento y dejarme aprender de vosotros día a día.