Son las ocho de la mañana, me asomo a mi ventana y contemplo el vasto panorama de la huerta murciana, que se extiende en la falda de las montañas distantes. El cielo, de rosa se volvió dorado, y pude distinguir una sinfonía de verdes, desde el vívido de la hierba y los árboles al verde irreal del cielo a occidente. Aquí y allá destacaban en la verde llanura las siluetas solitarias de las palmeras, y por encima de la ciudad blanca y rosada se yergue la torre de la catedral de Murcia, que brilla bajo el sol, y se transforma en el tema central del paisaje, mientras el resto del llano, está moteado de casas como manchones blancos y rosados.
Hoy es Jueves Santo, un dia muy especial para todo cristiano, especialmente para los estantes de la Oración del Huerto. Todo el está ocupado y cubierto de actividades. A primera hora, parte de estos hombres encabezados por su cabo de andas se dirigen al palmeral de Santiago y Zaraiche; allí deberán cortar las palmas de palmeras jóvenes, que por la tarde servirán para arreglar la palmera que lucirán al dia siguiente en su “paso”. No servirá cualquiera de ellas. Tienen que ser tiernas pero al mismo tiempo fuertes, con un bonito color verdoso, y limpias de toda maleza. Se cortarán de doce a catorce porque, aunque solo se colocarán ocho, puede ocurrir que en el arreglo alguna se rompa o no sirva, escogiendo las mas esbeltas y bonitas. Los dátiles fueron cortados en la mañana del miércoles.
Al mismo tiempo, en otro rincón de la huerta situado en Puente Tocinos, concretamente en casa de Paco Garcia Moreno, para nosotros Paco “Solis”, antiguo nazareno estante de la Oración (actualmente sale su hijo Antonio), están preparando otro grupo de nazarenos todo lo necesario para que, a media mañana, se siga cumpliendo una tradición que arranca desde hace cuarenta años: comernos una hermosa sartén de migas, preciosa excusa para reunirnos todos los componentes del “paso” con nuestras familias y amigos compartiendo, no solamente las exquisitas viandas, sino, nuestras vivencias y experiencias que servirán para ir “calentando motores” y prepararse para estar a la mañana siguiente prestos a la lucha, al sacrificio y al honor y el privilegio de portar en nuestros hombros a la PERLA DE SALZILLO.
Por la tarde, a eso de las cinco, nos encaminamos hacia las iglesia de Jesús, en donde se procederá al arreglo de la palmera, acto tradicional que recae en la responsabilidad del cabo de andas desde hace siglos, y que, actualmente se efectúa exactamente igual que entonces, es decir, artesanalmente.
Al llegar a la plaza de San Agustin, ésta se encuentra abarrotada de gentes que han acudido a los tres actos principales: visitar las imágenes de Salzillo, escuchar a los Auroros y ver hacer la palmera de la Oración.
Los auroros llevan a cabo su primitivo canto polifónico como si fuera un rito antiguo. Cantan embozados en sus capas, si hace frío y viento, y ninguno de la Hermandad tiene menos de cincuenta y cinco o sesenta años, aunque hoy en dia van acompañados por jóvenes, algunos casi niños, que van aprendiendo las voces de los mayores. Esa tarde de Jueves Santo cantan la correlativa, una canción religiosa especial para cuatro voces que describe la Pasión….Todos cantan con los ojos fuertemente cerrados; algunos de ellos asumen expresiones estáticas; otros arrugan sus caras; todos inclinan sus cabezas y se amontonan unos juntos a otros, como si cada uno deseara sumergir su propia individualidad en la de sus compañeros, en donde solo el sonido de la campana perfectamente acompasada por el Hermano Mayor acompaña y guía a estas voces regias y recias de esos hombres acostumbrados, durante siglos, a la dureza de las faenas de la huerta de sol a sol y que siempre han tenido un hueco en sus vidas para alzar sus oraciones a Dios y a su Santa Madre, pues eso es lo que cantan los Auroros oraciones.
Junto a ellos ya va tomando forma la palmera. Se han colocado las palmas y se hace lo propio con los dátiles. Al mismo tiempo algunos estantes obsequian a la gente que se agolpa alrededor con dátiles maduros y copitas de mistela, en un gesto de agradecimiento al pueblo de Murcia por acompañarnos.
Este año, es inevitable, predomina entre todos el mismo comentario: ¿Lloverá mañana?, ¿Escampará?, .-No me gustan nada esas nubes.-No te preocupes, mañana lucirá el sol., ect. ect. Incertidumbre, temor, desasosiego, pesimismo, todo ello se respira esa tarde en todo el mundo nazareno. Y es que, para el nazareno, el mayor enemigo es lo que durante el año pide con mas ansiedad al Altísimo: el agua.
Este año era especial para mi, permítaseme que me cite, por dos razones principales, a saber, la primera es que, después de 62 años saliendo de morado en la Oración del Huerto, de los que 50 han sido como cabo de andas, he elegido el momento de mi retirada como nazareno activo (pues el nazareno vive siempre, está siempre, salga o no en procesión), y la segunda razón es que mis hijos tendrán la gran responsabilidad de dirigir tan formidable obra escultórica.
Por mi mente y mi corazón acudían pensamientos y situaciones totalmente nuevas. ¿ Que pasara. Que sentiré, cuando vea alejarse “mi” Oración y no esté junto a ella? Era algo que me atormentaba. Como reaccionaria ante esa nueva situación.
La noche del Jueves Santo, como todas las noches que amenaza lluvia en ese dia, nos la pasamos en un ir y venir de la cama a las ventanas mirando al cielo( yo creo que ha sido la noche que mas miradas ha recibido). A las cinco se toca zafarrancho, todo el mundo nazareno comienza el trajín, medias, ligas, enaguas y túnicas van descolgándose de las sillas, perchas y lámparas, ocupando los cuerpos de los recios nazarenos, las mujeres ayudan y dan ese último toque de elegancia.
Al llegar a la Iglesia, nos encontramos con una escena nada nueva para todos, rostros de preocupación, de incertidumbre, de duda. Todos se dan ánimos unos a otros, no quieren entrar en el pesimismo, no lo aceptan. Esperan. Cada minuto es un siglo. ¿Qué pasará?. Afuera el cielo se ve cubierto aunque con síntomas de escampar. No llueve. En esa angustia de espera y suspense, se oye una voz por los altavoces. Todo el mundo calla. Esa voz es la del hombre al que en ese momento nadie envidia. Tiene que lidiar un toro muy peligroso (permítaseme el símil taurino). Nuestro Presidente, don Rafael Cebrián Carrillo, asume toda la responsabilidad y anuncia micrófono en mano que la Procesión saldrá esta mañana. Nadie se olvide que en el año 2004 tuvo igualmente la responsabilidad y el enorme disgusto de anunciar la suspensión de la misma. Solo los grandes hombres saben y toman decisiones limite, no antes o después, sino en el momento que hay que tomarlas. Junto a nuestro consiliario Luis Emilio Pascual, nos encomendamos todos al NAZARENO y rezamos uno de los Padrenuestros mas bellos se han dicho.
De repente rompe el silencio el ruido característico del aldabón de la puerta y a continuación el estandarte mayor de la Cofradía se sitúa en la puerta. La gente agolpada en la plaza rompe al unísono con un estruendoso aplauso. La Procesión está fuera.
Sale la Santa Cena, majestuosa, magnifica, sus nazarenos con suma maestría sacan el trono por la puerta sin dificultad. El público recibe con aplausos el primer paso de los “moraos”. Que hermosa manera de comenzar la andadura, Jesucristo regalándonos su Cuerpo y su Sangre.
De repente se oye una voz que rompe el tenue murmullo creado en el interior de la Iglesia: “!! Preparada La Oración!! . Es el Mayordomo Comisario de Procesión indicando el turno de la escena de Getsemaní . Los estantes que desde hace bastantes minutos se encuentran prestos en sus correspondientes sitios, se colocan junto a su almohadilla esperando la orden de su Cabo de Andas. Sus caras serias, de concentración absoluta, algunos elevan la mirada al Nazareno hincado de rodillas pidiéndole energía y fuerza para no desfallecer en el camino. Se cruzan las miradas brotando una leve sonrisa en sus labios. No necesitan decirse nada. Todos se entienden. Saben que un año mas el Angel les confortará. Se saben hombres privilegiados, por tener el honor de “cargar” con su Oración, y tambien porque Jesús ha permitido que un año mas estén junto a El orando.
Si querido lector, rezando, porque el nazareno de La Oración del Huerto es hombre creyente. No solo sabe dar caramelos y monas, que las da pues es muy generoso, también sabe orar. Cree profundamente en el pasaje evangélico representado en su trono. De todo ello puedo dar fé. Tantos años junto a ellos compartiendo sufrimientos, sacrificios y alegrias, han servido para conocernos profundamente.
---¡Atención estantes de La Oración! , preparados.
Lo que a continuación ocurrió, solamente es comparable a lo acontecido aquel año 1964 que por primera vez sacaría el paso como cabo de andas titular.
Como todos sabeis, el año pasado decidí por voluntad propia dejar el cargo de Cabo de Andas a mis hijos Pedro como titular y a Oscar como segundo. Tambien sabeis lo importante que es para un nazareno ceder su puesto a la hora de sacar o meter “su paso”. Pues bien, pese a ello, cual fue mi sorpresa cuando mi hijo Pedro, que por respeto no habia querido nunca sacar el mismo (siempre decía que eso era labor del Cabo de Andas), y esperaba con ansiedad e ilusión el momento para ello, se dirigió a mi y con todo respeto y cariño me invitó a que fuera yo el que sacara el Paso a la calle, fundiendonos al mismo tiempo en un fuerte y cariñoso abrazo los tres. Mas de una lagrima humedeció mis mejillas. Benditas lágrimas.
Una vez en la puerta, le entregué mi estante consumando de esta forma el relevo, al mismo tiempo que le advertia de las tres cosas mas importantes que deberia tener presente en el futuro: LA COFRADÍA DE N.P. JESÚS, LA ORACION DEL HUERTO y especialmente a sus magnificos NAZARENOS ESTANTES.
Ha nacido la sexta generación de Cabos de Andas de La Oración en el Huerto, la saga de los Zamora sigue adelante.
Pedro Zamora Garcia
Nazareno de Jesús-Excabo de Andas Murcia, l3 de Abril del 2007
Articulo para la revista de la Asociación de Nazarenos Murcianos